CENTENARIO DEL TRASLADO DE LOS RESTOS MORTALES DE NUESTROS FUNDADORES

Seguidamente se preparó el traslado de los restos de los Fundadores, del Hospital a la Iglesia del Noviciado. El primer reconocimiento y exhumación de los mismos, por petición de M. Pabla a las autoridades competentes, se realizó, ante notario, el 28 de junio de 1924. Fijada la fecha del traslado para el 20 de octubre de 1925, se construyeron dos sepulcros en el presbiterio de dicha Iglesia por el escultor D. José Bueno, y dos cajas de roble, que contenían otras de cinc interiores, para recoger los restos del P. Juan y de la M. María Ràfols.
La víspera, 19 de octubre de 1925, se hizo el reconocimiento oficial de los restos que fueron puestos en las cajas, que con antelación se habían preparado, y se colocaron en la Iglesia del Hospital, siendo velados por las Hermanas, llevándose posteriormente en privado al Pilar, fijando el traslado del Pilar al Noviciado para el día siguiente, 20 de octubre de 1925.
El pueblo, con las autoridades a la cabeza, se volcó, llenando las calles de Zaragoza a lo largo de todo el trayecto. Era el reconocimiento tardío de lo que Juan Bonal y María Ràfols habían hecho y sufrido por y con Zaragoza en situaciones muy difíciles.
(HNA. Mª LUISA FERRERO ARNER, Y la semilla dio fruto II, pág. 32)
Cien años después, celebramos y agradecemos tener los restos mortales de nuestros Fundadores en Casa, en nuestra Casa Madre, acompañando la Vereda de nuestra Congregación.
Para conmemorar esta fecha tan significativa, el día 20 de octubre de 2025, en nuestra Casa Madre, en nuestra Casa General, a las 17,00 h. Hna. Elvira Sanjuán nos ayudará a hacer memoria agradecida de este acontecimiento con una conferencia sobre el mismo, y a las 18:00 h. se celebrará una eucaristía de acción de gracias en la Capilla de nuestra Casa General. Seguidamente seguiremos celebrando juntos con un sencillo ágape en honor a nuestros Fundadores.
Se podrá seguir la celebración a través del canal del Consejo General en Facebook Hcsa Cgeneral.
Seguimos agradeciendo las vidas entregadas de nuestros Fundadores, Madre María Ràfols y Padre Juan Bonal, y suplicando a Dios vivir como ellos lo hicieron.