CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTIA Y PEDIDO DE PERDÓN A DIOS Y A LAS VÍCTIMAS

A las víctimas de nuestras complicidades y silencios les pedimos humildemente perdón, y las invitamos a ayudarnos a transformar nuestras comunidades eclesiales con el testimonio de su resistencia, y con la denuncia de sus sufrimientos proyectada hacia una sociedad que condene los horrores de nuestro pasado, y sobre ese reconocimiento se encamine a la construcción de estructuras elementales de justicia y dignidad humana.

Con sincero dolor, pero también con la esperanza que como Iglesia católica activemos en este momento de gracia la fuerza evangélica de la conversión profunda, les pedimos PERDÓN.

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