Nuestra Espiritualidad está cimentada en el mandamiento del Amor.
El dinamismo que nos mueve procede del texto evangélico “lo que hicisteis a mis hermanos más pequeños a mí me lo hicisteis” Mt 25, 31-46.
La vocación a participar en Cristo del amor de Dios es su fundamento.
Desde nuestro ser Contemplativas en la Acción vemos la vida y el mundo como la acción salvadora de Dios, para ello:
- Profundizamos en el conocimiento de la Palabra de Dios, la interiorizamos, nos dejamos cuestionar por ella y hacemos lectura creyente de la realidad a su luz.
- Celebramos cotidianamente:
- la Eucaristía, que nos hace partícipes de la vida de Dios, construye nuestra comunidad, nos lleva a entrar en comunión con la humanidad, y nos compromete a “lavar” con Jesús “los pies” de los más vulnerables desde la compasión y la libertad.
- la Liturgia de las Horas (Laudes y Vísperas) en comunión con la Iglesia Universal y con el mundo, alabando y bendiciendo al Padre con nuestra vida.
- Vivimos con gozo el Sacramento de la Reconciliación en el que experimentamos el amor gratuito y misericordioso de Dios que nos lleva a vivir con los demás desde las actitudes de la acogida incondicional, la gratuidad y el perdón.
- Dedicamos diariamente hora y media, al menos, a la oración personal y comunitaria.
- Expresamos nuestra devoción a María con el rezo del Rosario u otras celebraciones marianas.
- Releemos lo vivido cada día, para descubrir y agradecer el paso de Dios en él, discernir si lo hemos vivido con actitudes evangélicas, y configurar nuestra vida desde la gratuidad.
- Preparamos y celebramos los diferentes tiempos del Año Litúrgico.
- Celebramos las fiestas de nuestros Patronos e invocamos diariamente su protección para ser fieles al espíritu y carisma de nuestra Congregación.
- Tenemos momentos especiales de adoración al Santísimo Sacramento (a Dios en la Eucaristía)
- Compartimos, a la luz de la Palabra nuestra experiencia de Dios.
- Aprendemos a valorar la acción del Espíritu en cada persona.
- Tenemos mensualmente un día de Retiro y, anualmente, Ejercicios Espirituales.
Junto al cultivo de nuestra vida espiritual, las Hermanas acompañamos a otras personas en su proceso espiritual y ofrecemos espacios apropiados para el encuentro con uno mismo y con Dios, para la interiorización, la reflexión y la oración.
La Congregación tiene “Casas de Espiritualidad” para favorecer el cultivo de la interioridad y el encuentro con Jesucristo en un ambiente de silencio y soledad. Generalmente ofrecen Ejercicios Espirituales para distintos grupos de personas, pero acogen también la celebración de Capítulos o Asambleas Generales, Provinciales o de Delegación de diversas Congregaciones religiosas, días de retiro, encuentros formativos, convivencias y otras actividades pastorales.