Enrique era emperador de Alemania; nieto de Garlomagno, y emprendedor, como él. Se le conoce con el nombre de Enrique II, el santo.
El Papado estaba en manos de un par de familias que luchaban por el trono de Pedro como una mafia italiana. Y en este tremendo lío, nuestro amigo Enrique hizo todo lo que pudo para que la nave de Pedro no se fuera al fondo del mar.
Uno de los medios de que se valió Enrique fue el fortalecimiento de los monasterios. El se aprovechó de la herencia de san Benito para esparcirlos por toda Europa. En ellos, se promocionaban la cultura del pueblo y el bienestar de la nación.
Otra cosa que hizo Enrique fue aquello de proclamar "la paz de Dios". Era un pacto que hizo con el rey de Francia para que reinara la paz entre los dos pueblos. Luego fue personalmente recorriendo ciudades y pueblos, convocando asambleas, para buscar adeptos de la paz en Europa. Fue el primer promotor de la unión europea.
Murió el año 1024, a los 51 años de edad, después de haber trabajado a tope en favor de la cultura y de la paz de Europa. Mil años más tarde, nosotros queremos realizar la unión europea. Esa misma unión la buscó con todas sus fuerzas Enrique II, el emperador.