Nuestra Señora de Guadalupe
Cuenta la tradición que en el año de 1531 la imagen de la Virgen de Guadalupe se apareció al indígena Juan Diego, al que pidió que avisara a fray Juan de Zumárraga de que en la colina del Tepeyac se erigiese un templo, bajo la advocación de Santa Maria de Guadalupe.
Informado el obispo, éste pidió una prueba, a lo que respondió la Virgen mandando a Juan Diego con rosas que brotaron en la árida colina del Tepeyac. Al presentarse nuevamente ante Fray Juan, cayeron las flores de la burda capa del indígena, quedando impresa la imagen de la Virgen Morena, actualmente venerada.
El arzobispo la conservó en la catedral hasta el año 1533, en que se trasladó a una pequeña ermita que se levantó en el lugar de la aparición. Se inició después una colecta para su santuario.
Pio X la proclamó como Patrona de toda la América Latina.