Gregoria Jiménez Villar

«El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades» (Sal 99).
Nació en Ólvega (Soria – España) el día 9 de enero de 1919. Fueron dos Hermanas religiosas en nuestra Congregación: Filomena y Gregoria.
Comenzó el Postulantado el día 30 de agosto de 1942. El día 15 de diciembre de 1942 inició el Noviciado y pronunció los Primeros Votos el día 15 de diciembre de 1944. Hizo su Profesión Perpetua el 15 de diciembre de 1949.
Formó parte de las siguientes Comunidades:
- Colegio “Nuestra Señora del Carmen”, Portugalete (Vizcaya – España).
- Colegio “Santa Ana”, Utiel (Valencia - España).
- Parque Colegio “Santa Ana”, Valencia (España).
- Colegio “Santa Ana”, Sevilla (España).
- Colegio “La Inmaculada”, Alcañiz (Teruel – España).
Hna. Gregoria fue un gran regalo para la Congregación. Sus Hermanas nos cuentan que era una mujer pequeña de estatura, pero con un corazón grande como grande era su saber. Sus pasiones: la Congregación, la familia y la Educación.
¡Cuánto amaba la Congregación! Ser fiel respuesta a la fidelidad de Dios en su vida en esta Congregación, siempre en camino, era su ideal. ¡Con qué sencillez compartía esos momentos de encuentro con el Señor! Siempre dispuesta a lo que Él le pedía y ¡qué decir del lugar que ocupaba la Virgen para ella! Los últimos días no se cansaba de repetir una y otra vez "Madre, Madre”. Le preguntábamos a qué madre llamaba: "a la del cielo” - fue su respuesta- y ¿qué le dices? "que me lleve pronto".
Otra pasión de Hna. Gregoria fue la familia: ¡cuánto quiso a todos ellos! y ¡cuánto la han querido! Cuando cumplió los 99 años todos ellos quisieron acompañarla. Le enviaron un ramo de 99 rosas blancas. Fue un día de gozo y acción de gracias por el regalo de su vida y de ésta a la Congregación, pues acababa de celebrar sus Bodas de Diamante en la Congregación.
Y su tercera pasión: su ministerio pastoral lo desarrolló en Educación. A través de la enseñanza supo hacer presente el amor de Dios a las personas ¡cuántas páginas podrían llenar aquellos alumnos que pasaron por su aula! "Nunca gritaba, decían, pero era tal autoridad moral que tenía, que conseguía que todos estuviéramos atentos". De ella siguen diciendo "gran ejemplo, una gran profesora y sobre todo una gran persona". Hna. Gregoria era "maestra de la mente y del corazón" tal y como reza una poesía que le dedicó uno de sus sobrinos (sacerdote) en su 99 cumpleaños.
Hna. Gregoria quiso encontrarse con el Señor Resucitado con traje de fiesta y durante su enfermedad celebró varias veces el sacramento de la reconciliación, de la fiesta… por última vez dos días antes de morir. Era muy consciente de su delicada salud y a Jesús le pedía la tuviese en sus manos. Sus últimos días fueron de mucho dolor, pero sin ninguna queja. A las Hermanas nos encargó que pidiéramos perdón en su nombre a todas las personas a las que pudo haberles hecho daño en algún momento. Así pues, si alguna de las Hermanas que leéis estas letras, os sentís heridas, Hna. Gregoria os pide perdón.
Damos gracias a Dios por su larga vida dedicada al Señor; por su ser mujer de Dios, gesto de Hospitalidad, vida entregada al Señor Jesús y, en Él, al servicio de sus Hermanas y hermanos, especialmente de los más pobres y necesitados, a ejemplo de nuestros Fundadores; una vida tejida de gestos de Caridad hecha Hospitalidad.
Fue llamada a la Casa del Padre el día 28 de mayo de 2019, a los 100 años de edad y 76 de Vida Religiosa. Pertenecía a la Comunidad del Colegio “La Inmaculada”, de Alcañiz (Teruel – España).
¡DESCANSE EN PAZ!