Mª Rosa Díez García

Le has concedido el deseo de su corazón…
Le concedes bendiciones incesantes,
la colmas de gozo en tu presencia.
(Sal 20,3.7)

Nació en Peñafiel (Valladolid - España) el día 26 de febrero de 1922.

Comenzó el Postulantado el día 3 de septiembre de 1950. El día 15 de diciembre de 1950 inició el Noviciado y pronunció los Primeros Votos el día 15 de diciembre de 1952. Hizo su Profesión Perpetua el día 18 de diciembre de 1957.

Formó parte de las siguientes Comunidades:

  • Colegio “Santa Ana”, Calatayud (Zaragoza – España).
  • Colegio “Santa Ana”, Daroca (Zaragoza – España).
  • Hogar Pignatelli, Zaragoza (España).
  • Sanatorio “La Inmaculada”, Agramonte (Zaragoza – España).
  • Hospital “Royo Villanova”, Zaragoza (España).
  • Instituto Leprológico y Sanatorio Nacional, Trillo (Guadalajara – España).
  • Hermanas Profesas de la Casa General, Zaragoza (España).

Cuando Hna. Rosa tenía tres años falleció su madre, por lo que se hicieron cargo de ella y sus dos hermanas su padre y una hermana de su padre, que las cuidó como una verdadera madre.

Su contacto con las Hermanas, como alumna de nuestro Colegio en Peñafiel, hizo que sintiera la llamada de Señor y respondiera con generosidad, entregándose totalmente a Él.

En el Sanatorio de Agramonte (Zaragoza) desarrolló como enfermera su vocación al cuidado de los enfermos. Durante los 15 años que estuvo en el Sanatorio fue muy querida y seguía teniendo relación con personas que habían recibido sus cuidados y atenciones. Hna. Rosa manifestaba a menudo lo feliz que había sido esos años.

En el año 1988 comenzó su andadura en la Comunidad de Profesas de la Casa General, la Casa Madre de la Congregación.

Hna. Rosa era una mujer de Dios, muy amante de la Congregación. Lo expresaba con sencillos gestos cotidianos, como los besos matutinos al Corazón de Jesús, o a los sepulcros, especialmente durante su tiempo de vela al Santísimo.

Mujer muy sociable, desde su servicio al cargo de la Portería de la Casa General y con su atención a cuantos venían a Casa, pronto se ganó la simpatía y el afecto de muchas personas que, por distintos motivos, la frecuentaban.

Era también muy generosa y alegre, dispuesta a bailar siempre el Chúndara, la danza típica de su querido Peñafiel, su pueblo natal. Se entretenía con papel de revistas antiguas que transformaba en cajitas que llenaba de caramelos para obsequiar a las Hermanas de la Comunidad y del Consejo General, a los trabajadores de la Casa y a cuantas personas creía oportuno.

Y, como los años no pasan en balde, en 2009 dejó “teóricamente” de atender la Portería de la Casa General, y pasó a hacerse cargo del teléfono de la Comunidad de Hermanas Profesas. Teóricamente, porque siempre que podía se hacía presente en la Portería acompañando a la Hermana que allí estuviera, y se encargaba de que el periódico llegara siempre a tiempo a la Comunidad.

En octubre del año 2014, debido a su edad avanzada y a una mayor necesidad de cuidados, Hna. Rosa pasó a residir en la Enfermería de la Casa General. Poco a poco fue apagándose, perdiendo movimiento y conocimiento, que recuperaba con un brillo especial en los ojos cuando se la invitaba a bailar el Chúndara o escuchaba las voces cariñosas de sus Hermanas de Comunidad, que acompañaban permanentemente.

El día 22 de diciembre, sobre la una de la madrugada, Hna. Rosa dejó de padecer, entregándose totalmente en brazos de Dios, a quien amaba “con toda el alma, con todas las fuerzas y con todo el corazón”. Celebró la Navidad plenamente, en su Presencia.

Hna. Rosa fue un regalo de Dios para la Congregación y en las distintas tareas que le fueron encomendadas donde acogió, acompañó, educó, curó y sirvió “con el mayor cuidado, con todo detalle, con todo amor”.

Damos gracias a Dios por la larga vida de Hna. Rosa; una vida entregada al Señor Jesús y, en Él, al servicio de sus Hermanas y hermanos, especialmente de los más pobres y necesitados a ejemplo de nuestros Fundadores; una vida tejida de gestos de Caridad hecha Hospitalidad.

Fue llamada a la Casa del Padre el día 22 de diciembre de 2014 en la Comunidad de Hermanas Profesas de la Casa General, en Zaragoza (España), a los 92 años de edad y 65 de Vida Religiosa.

¡DESCANSE EN PAZ!

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